de pronto
un número entre paréntesis
una seña remarcada
con el recorrido señalado
hacia ese nombre conocido
propio en un tiempo
propio de un tiempo
que no se olvida
unos dibujos escasos
para romper el silencio
habitante de la comodidad
bello durmiente de la siesta oceánica
y una silueta de colores
en el límite del vértigo
allí donde todavía
la mutua invasión
sigue pendiente
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